lunes, 11 de enero de 2016

El caso James Harden

James Harden es uno de los mejores jugadores de la liga. No hay duda. Un anotador con un amplio repertorio ofensivo: una gigantesca capacidad atlética que le permite atacar el aro como pocos pueden hacerlo, un buen tirador de 3, y un incansable ganador de faltas. Es dificil encontrar muchos jugadores com…


‘Pará… Buen tiro de 3? Faltas? Eso me suena muy parecido.


Harden, temporada 2015-2016:
MP  FG  FGA FG% 3P  3PA  3P%  2P  2PA  2P% eFG%  FT  FTA  FT% ORB  TRB AST STL BLK TOV  PF  PTS
37.8  8.3  19.8  .420   2.7  8.0    .337   5.6  11.8  .477   .488     8.9  10.3  .868    0.9      6.0   6.6    1.6    0.7    4.6    2.6   28.3
Jugador 2:
MP  FG  FGA FG% 3P  3PA  3P%  2P  2PA  2P% eFG%  FT  FTA  FT% ORB  TRB AST STL BLK TOV  PF  PTS
40.7  8.7  20.1  .433   2.0  5.9   .339     6.7 14.2   .472  .482      8.2  10.1 .816     1.4    5.9     6.0   1.3    0.8    4.1    2.6  27.6


Mirá como te agarré papá… ¿Sabés quién es el jugador 2? Pista: es un escolta; NO es Michael Jordan; es de los mejores de todos tiempos; y es una persona asquerosamente pedante. ¿Sabés quién es? ¿No?


Es Kobe.


Si si, el mismísimo Kobe Bryant. La temporada 2004-2005, con un Kobe de 26 años (igual que Harden actualmente).
Ahora, yo resalté un par de datos que llaman la atención en el parecido. Y vos dirás “esto es cualquiera: Harden tira 2 triples más por partido”, “Kobe mataba rivales en el poste”. Para eso hay que hacer una adaptación bastante sencilla: la temporada de Kobe es del 2004-2005, y tanto las reglas (se permitía un juego más físico aún), como la liga (que ha ido dejando los tiros de media distancia por los de 3), son distintas a las actuales. Ahora, Harden sabe, dentro de todo, jugar en el poste, así como uno asume que Kobe tiraría más triples ahora si tuviese 10 años menos y no jugara como un nene de 7 años acostumbrado a jugar al NBA 2K en dificultad “novato” y se la subís a “Salón de la fama”.


Pero, ¿es justo compararlos? Porque para algunos, poner a Kobe en comparación con jugadores que no hayan sido MVP’s es como pegarle a la madre, tirársela al piso y defecarle en el oído derecho. Vayamos un poco más profundo.

El contexto


Hay una diferencia muy clara entre estos 2: Kobe no fue el mejor jugador de su equipo hasta que se fue Shaq. Shaq, nos guste a no, nos pareciese injusto la muy obvia ventaja física que tenía contra cualquiera, está entre los mejores 3 pivots ofensivos de todos los tiempos (peleandole a Wilt Chamberlein, Kareem Abdul-Jabar, y por encima de Hakeem Olajuwon; a Tim Duncan lo considero ala-pivot, a pesar de que puede y ha jugado/juega de pivot también). Al que lo vio jugar, lo recordará como “la montaña que fue a Mahoma”. No había forma de frenarlo. Y de hecho, él fue el MVP de la temporada del 2000, y el de las tres finales que ganó con los Lakers.
Es injusto decir que Kobe vivía amamantado del éxito de Shaq. Creció con Shaq, era su complemento en el perímetro, tanto geográficamente, como hasta estilísticamente: Shaq era mucho más “utilitario”, llevando a los pivots rivales a la impotencia absoluta mientras esa topadora hidráulica se hacía con 2 puntos fáciles; Kobe era el extravagante, lujoso escolta que tiraba magia por doquier y maravillaba al público metiendo un tiro más difícil que el otro. Esto no te convierte en el mejor jugador de tu equipo, pero si jugás para los Lakers, te significa poder limpiarte el ano con billetes de 100 dólares (solo por poder hacerlo; porque calculo que no debe ser la experiencia más placentera).  
Kobe llegó a los Lakers con 18 años, y en su cuarta temporada, ya estaba saliendo campeón siendo parte de un equipaso que ganaría 2 torneos más bajo la vara mágica de Phil Jackson con un esquema que le permitió a Jordan ganar seis campeonatos, con una temporada de 72 victorias. Estuvo en el momento adecuado en el lugar adecuado, siendo parte fundamental para que ese “momento” existiese. Pero en sus años jóvenes, Kobe era, si se quiere, el potenciador de una máquina de ganar muy aceitada como lo eran esos Lakers del comienzo del milenio.
Por otro lado, Harden tuvo un recorrido muy distinto. El hijo perdido de Mr. T llega con 20 años a una franquicia relativamente nueva como Oklahoma, que se venía reconstruyendo después de cagar a Seattle de arriba de un puente a partir de draftear jugadores con muchísima proyección como Durant, Westbrook e Ibaka. Se convierte en un interesante jugador desde el banco, brindando dinamismo y chispa, al punto de que, en el 2012, gana el premio al Mejor Sexto Hombre (mejor suplente de la liga, básicamente).
Luego, el destino de Barba Negra tomaría un giro drástico. Debido a las reglas salariales de la NBA, ya que era económicamente inviable renovarle el contrato a Harden y a Ibaka juntos, por ende, convenía desprenderse de uno de ellos. Durante un año y medio, este fue uno de los más interesantes debates de la liga. Finalmente, Oklahoma decide conservar a un más “complementario”, “servicial”, “más raro de conseguir” Ibaka. En verdad, no había una decisión “correcta”. Si bien Harden demostró que podía ser un gran anotador, fue una vez que pudo empezar a tirar todo lo que quiso y tener todo lo que se antojaba la pelota, cosa que con Westbrook y Durant difícilmente hubiese podido realizar. O no. Nunca lo sabremos.
Harden llega a Houston, y el técnico básicamente le dice “acá tenés las llaves del auto; hacé lo que quieras”. Y Harden empieza a demostrar todo su poderío ofensivo, demostrando que estaba listo para el papel protagónico. Lástima que los actores de reparto no estaban a la altura de las circunstancias. Houston intentó arreglar esto trayendo a un Dwight Howard, que venía de ser un fracaso de Hollywood del tamaño de [inserte cualquier película de Eddie Murphy de los últimos 10 años]. Dwight, había mostrado en Orlando potencial para ser el mejor pivot defensivo de la liga: una heladera de frigorífico con la agilidad de una gacela. Y tras tener una experiencia de cine Clase Z en la ciudad del tránsito lento, llega a Houston con la idea de generar un pick and roll imparable con Harden que los lleve a atraer jugadores de buen calibre, y con los años, salir campeones. En teoría, debía funcionar. ¿No?. En palabras de Homero Simpsons: “en teoría, el comunismo funciona”.
Dwight, aún siendo joven (recordemos que tuvo lesiones en la espalda mientras Kobe lo puteaba), no volvió a ser el mismo que en Orlando. La primera temporada pudo replicar los números ofensivos, pero la defensa y la movilidad no eran la misma (estamos hablando de un jugador de 28 años). A partir de ahí, se la pasó teniendo mala suerte con las lesiones; recién ahora se vislumbra que está mejorando para volver a ser su mejor versión en Houston, pero no tanto como la de Orlando.
Volvamos a Houston. Al día de hoy, Harden sigue siendo, muy lejos, el mejor jugador del equipo. El segundo mejor es muy discutible. En mi opinión, el premio se lo lleva Trevor Ariza. Un tipo muy poco reconocido para su puesto. Pero, es alguien para complementar. Ariza es muy bueno recibiendo la pelota desmarcado y clavándote triples, sobretodo en los últimos cuartos del partido. Pero no es un jugador que te saque adelante un partido si Harden anda flojo. Tampoco lo es Dwight. Y Houston no ha dado en el blanco para encontrar un jugador así aún. Ty Lawson tiene el potencial para hacerlo, pero si no deja de mamarse cuando va a jugar a las cartas con los jubilados, difícilmente alcance un buen nivel. Igualmente, Houston como equipo amerita ser analizado por si solo como pienso hacer en un próximo posteo. Pero para resumir, Harden está siendo un jugador lider de un equipo que no parece dar la talla para ser campeón (sobretodo teniendo a un imbatible Golden State y a un gran San Antonio en frente).


Una calle me separa (bah, una avenida doble mano, más o menos)


Como vimos al comienzo, los números actuales de Harden, con 26 años, son muy parecidos a los de Kobe cuando este transitaba sus 26. Al menos, esos números que yo mostré. Y los dos son los escoltas referentes que encapsulan distintos momentos de la NBA: Kobe a los 26, mostraba que la habilidad de jugar correctamente en el poste, y poder embocar tiros de media distancia en el 1 vs 1 era ser lo más grande que hay; y Harden ahora a los 26, es un claro ejemplo de hacia donde va la liga: que se tire, o detrás de la linea de 3, o que se ataque el aro para conseguir una bandeja, volcada, y/o conseguir tantas faltas como sea posible.
Pero hay algo fundamental que los separa a uno del otro (y donde viene bien la costumbre yanqui de repartir premios o distinciones semi-insignificantes a lo pavote): la defensa. Por ahí te pasaste leyendo todo esto para que ahora me digas “concha de tu madre, esto ya lo sabía”. Bueno, tal vez lo anterior no. Y para el que no sepa cuan grande es la diferencia, déjeme decirle que Kobe ha estado dentro de los Equipo Defensivo del Año durante 12 años (9 en el primero, 3 en el segundo). En sus mejores días, al que marcaba Kobe, se le hacía un partido cuesta arriba (y ni hablar cuando era al revés, obviamente).
 Y Harden…
 
Recién esta temporada empezó poner un poco de huevo. Desde que apareció en Oklahoma, y resaltado desde que llegó a Houston, se ha visto que el fuerte de Harden no es la defensa. Puede ser que tampoco se lo pidan. Imagino que no debe ser fácil decirle a un jugador “escuchá salame, además de meter 30 puntos, 5 asistencias, 5 rebotes, y algún robo, tenés que comerte crudo a tu rival en defensa. Ah, y no me lloriquees que estás solo, cagón; nacemos solos, y morimos solos; acostumbrate”. Bah, yo lo hago así con los niños de jardín de infantes (si, soy docente).
Y ESTE es el gran “problema” de Harden. El va a aprender a ser un mejor defensor porque la simple experiencia va a impedir que dejes todo el tiempo tiradores de 3 abiertos en la esquina, o vas a saber por donde suelen ir lo pases y vas tapando esa ruta, o algo; la simple rutina y repetición. Tampoco digo que se convierta en Kawhi Leonard. Pero puede mejorar un punto. No hasta ser Kobe. Tampoco necesita ser Kobe. No todos los jugadores entran con vistas a quedar en la historia como uno de los mejores de todos los tiempos. ¿Harden puede? No lo sé. Tiene las herramientas en ataque, además de que es una especie de prototipo para los futuros escoltas, pero mientras su defensa sea “promedio”, y el equipo en el que juega, no alcance, por lo menos, una final de NBA, esto se ve poco probable.

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